El Adolescente y La Consulta a Solas Con El Pediatra

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Si bien cada pediatra tiene su estilo propio en los exámenes, muchos eligen hacer la consulta para adolescentes con padres e hijos juntos. El médico hace las preguntas clásicas. Los temas que se tocan pueden incluir los antecedentes médicos del último año y los problemas pasados y actuales; los medicamentos o medicamentos complementarios alternativos que se toman; las alergias y los hábitos de alimentación y sueño; cómo les está yendo en la escuela, la familia y las relaciones con los amigos.

¿Por qué es importante para el adolescente la consulta a solas?

Los padres y los adolescentes deben comprender el razonamiento que se esconde detrás de este hábito. El pediatra ha construido una relación con usted y su hijo adolescente en desarrollo, algunas veces a lo largo de toda la vida del niño; otras veces, durante un plazo más breve. Independientemente de la cantidad de tiempo, las relaciones médico-paciente se construyen sobre la confianza y el respeto mutuos. Los objetivos de la relación de asistencia médica pediátrica incluyen guiar y proteger la salud y el bienestar de su hijo adolescente, además de prepararlo para su experiencia en la asistencia médica como adulto. De esta manera, acortamos la brecha y preparamos el camino para que su hijo adolescente ingrese con confianza e independencia en el mundo de la asistencia médica para adultos.

En muchas familias, el mayor desafío para los padres de adolescentes no es cuánto más pueden hacer por sus hijos, sino cuánto menos pueden hacer de manera eficaz. Los padres deben saber que pueden permitir a sus hijos adolescentes intentar, fallar, aprender y crecer. Necesitan enseñar y preparar a los adolescentes para la independencia y las responsabilidades que les esperan tanto en el campo de la asistencia médica como en la vida en general. Los padres y los pediatras pueden asociarse en este esfuerzo para ayudar a niños y adolescentes a valerse por sí mismos de manera exitosa.

El objetivo es comenzar a forjar una relación más adulta con su hijo antes de que entre de lleno en la adolescencia. En la mayoría de las familias, la relación médico-paciente se ha centrado principalmente en los padres y el pediatra. Desde ya, durante los primeros años, esto fue totalmente adecuado.

Sin embargo, cuando tiene en cuenta que uno de los objetivos de la paternidad es preparar a los hijos para que sean aptos e independientes, los adolescentes necesitan comenzar a recibir y aceptar la responsabilidad por su propia asistencia médica. Un motivo para comenzar esta transición un poco antes es fomentar ese sentido de responsabilidad y confianza en los adolescentes por hacerse cargo de su propia salud. Muchos niños necesitan mucho tiempo para esto.

A menudo, cuando un médico les hace a los niños preguntas directas con sus padres en la sala, por ejemplo, qué desayunaron, cuándo fue su última menstruación y cómo les fue en la escuela en el semestre, ¡inevitablemente recurren a sus padres para que respondan! Si este proceso comienza un poco antes, los niños podrían tener una mayor probabilidad de confiar en sí mismos y sentirse cómodos cuando realmente deban responder preguntas más difíciles.

«Creo que a mi hijo no le gustará eso»

Cuando los padres dicen que no creen que a su hijo le guste la idea de que ellos se retiren de la sala, ese suele ser un buen indicativo de que eso es justamente lo que el niño más necesita. Los niños necesitan desarrollar una capacidad de pensar en forma independiente, comportarse de manera responsable, relacionarse con adultos y mantener una conversación con un adulto.

Los pediatras están capacitados para reconocer signos y síntomas de enfermedades, además de signos de enfermedades mentales y trastornos. Entienden el crecimiento y el desarrollo, y cómo estos se aplican a la salud de un niño y un adolescente. Son defensores del bienestar de los niños y los adolescentes en todos los sentidos de la palabra. Están en una posición única para trabajar en conjunto con su hijo en lo que respecta a su salud. Este es el momento en el desarrollo del niño en el cual formar un vínculo por separado con su médico puede ser beneficioso para el niño. Con su apoyo, se puede incentivar a su hijo a hacer esa transición, sin presionarlo demasiado.

«¿No es demasiado joven?»

Determinar si un niño o adolescente es demasiado joven para tener una conversación independiente con el médico depende de lo que suceda en la consulta. Si el médico está examinando a una niña de 12 años que todavía no comenzó a menstruar, no le preguntará si es sexualmente activa ni cómo cuida la seguridad de su salud sexual. Sin embargo, no se es demasiado joven a esta edad para practicar comportarse como adulto joven, comenzar a aprender cómo expresar sus sentimientos y cómo pensar en forma independiente en las decisiones sobre la salud, por ejemplo, elegir alimentos saludables. Este es un excelente momento para que los pediatras se relacionen con sus pacientes y se conviertan en sus defensores de confianza en cuanto a su asistencia médica. A medida que su hijo madura, el alcance de los temas abordados en una consulta cambiará de conformidad con su estadio de desarrollo.

«¿Por qué exactamente necesita hacer esto?»

La pregunta de por qué los médicos necesitan tener una consulta a solas con los pacientes adolescentes probablemente provenga del miedo por parte de los padres. Los años de la adolescencia representan el ingreso a la adultez, y eso viene acompañado de los deseos del adolescente de abrir sus nuevas alas. Los adolescentes están naturalmente más abiertos a determinados temas cuando los padres no están presentes simplemente porque quizá no quieran defraudar o alarmar a sus padres, incluso si solo tienen preguntas. En ocasiones, un adolescente podría tener una situación muy estresante y grave en la vida que es necesario abordar y requiere privacidad y confidencialidad. Este tiempo a solas garantizado con el pediatra permitirá y asegurará al adolescente que siempre tendrá una oportunidad de hablar sobre temas urgentes.

«¿Compartirá conmigo esta información privada e importante?»

Los pediatras respetan el derecho del niño a la privacidad y lo protegen, excepto en los casos en los cuales un adolescente revele que está recibiendo lesiones o busca infligir lesiones a sí mismo o a otras personas.

La conclusión es que, si un adolescente está en problemas, los pediatras harán lo siguiente:

  • Evaluar las necesidades médicas y emocionales del adolescente.
  • Hacer recomendaciones sobre cómo incluir a los padres, lo que incluye ofrecer actuar como nexo de comunicación sobre salud entre un padre o madre y un adolescente.
  • Respetar los deseos del adolescente si el pediatra considera que hay motivos para pensar que los derechos de asistencia médica del adolescente prevalecen sobre el derecho de los padres a saber y si el adolescente tiene madurez suficiente para respaldar esa decisión.

A fin de cuentas, los hijos toman decisiones independientes sobre qué valores de su familia elegirán para ellos mismos. El médico de su hijo adolescente lo alentará a compartir con usted los problemas importantes de salud física y emocional, sin embargo, habrá momentos en los que un adolescente querrá mantener la privacidad. Los pediatras son socios en la asistencia médica de su hijo y usted puede contar con ellos para que ayuden a su hijo en sus inquietudes de asistencia médica.

Fuente: HealthyChildren.org