Receta para una Vida Saludable

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El Día Mundial de la Alimentación se celebra cada año el 16 de octubre para promover acciones y la sensibilización a escala mundial sobre aquellos que sufren hambre y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, y dietas nutritivas para todos. Se organizan eventos en todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los días más celebrados del calendario de las Naciones Unidas.

Una combinación de dietas poco saludables y estilos de vida sedentarios ha disparado las tasas de obesidad, no solo en los países desarrollados, sino también en los países de bajos ingresos, donde el hambre y la obesidad a menudo coexisten. Ahora, más de 672 millones de adultos y 124 millones de niñas y niños (de 5 a 19 años) son obesos, y más de 40 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso, mientras que más de 800 millones de personas padecen hambre.

Opciones Alimentarias

Añade verduras, frutas, legumbres, frutos secos y granos integrals a tu dieta. Come cantidades abundantes de verduras y frutas frescas, maduras y de temporada a diario, y añade más legumbres, frutos secos y granos integrales a tu dieta. Las legumbres y las nueces son una gran fuente de proteínas de origen vegetal. Además, las legumbres pueden ser más baratas que las proteínas animales. También son más respetuosas con el medio ambiente.

Reduce el consumo de almidones refinados, azúcar, grasas y sal. Reduce el consumo de alimentos elaborados de manera industrial y bebidas con alto contenido de grasas saturadas, azúcar o sal, y trata de no comer cantidades excesivas de carne y otros productos de origen animal.

Cambia los alimentos “blancos” refinados por opciones “marrones” más nutritivas. Siempre que puedas, intenta sustituir los alimentos refinados «blancos» por sus equivalentes integrales, que son mucho más nutritivos (arroz, harina y pan integrales, etc.).

Conoce las grasas: las insaturadas son mejores que las saturadas y que las grasas trans. Si bien las grasas insaturadas (presentes en el pescado, los frutos secos y en los aceites de girasol, soja, colza y oliva) son parte de una alimentación sana, debes vigilar la ingesta de grasas trans producidas de manera industrial que se encuentran en los alimentos fritos, entre otros. También debes limitar el consumo de grasas saturadas (presentes en las carnes grasas, mantequilla, etc.).

Alternativas para el Planeta

Piensa en el medio ambiente, reduce tu huella (de carbón) alimentaria. Ten en consideración el impacto ambiental de los alimentos que comemos, por ejemplo, la producción de algunos alimentos requiere más recursos naturales, como el agua. Trata también de evitar la compra de alimentos que tengan cantidades excesivas de embalaje.

Diversifica tu dieta: elige una tradicional, local y de temporada. Diversifica tu dieta añadiendo alimentos tradicionales, locales y de temporada, en un esfuerzo por mantener la biodiversidad. Aprende acerca de sus valores nutricionales y busca recetas para cocinar comidas usando estos ingredientes.

Como pescado capturado de manera sostenible. El pescado es una fuente indispensable de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (que no se encuentran generalmente en los alimentos básicos). Convence a sus amigos y familiares para que coman especies de peces más abundantes, en lugar de aquellas que corren el riesgo de ser sobrepescadas. También puedes comprar pescado que haya sido capturado o criado de forma sostenible, como el pescado certificado o con etiquetado ecológico.

Mantén frescos y desperdicie menos alimentos. Almacenar los alimentos de manera adecuada puede ayudar a mantenerlos frescos, inocuos y conservar nutrientes preciados. Cuando almacenes en las alacenas o en la nevera, coloca los productos más antiguos al frente y los nuevos en la parte posterior. Usa recipientes herméticos para mantener los alimentos frescos en el frigorífico y cierra bien los paquetes para evitar que se deteriore su contenido.

Decisiones de Vida

Come en compañía y cocina más en casa. Muchos de nosotros no preparamos comidas en casa debido a nuestro estilo de vida ajetreado y dependemos cada vez más de los vendedores ambulantes de alimentos, supermercados, establecimientos de comida rápida o comida para llevar. Comer en compañía es importante para su salud y la de tus hijos. Los investigadores han relacionado esto con tasas más bajas de obesidad y trastornos de la alimentación en los jóvenes.

Aprende a leer las etiquetas. Comprender las etiquetas puede ayudarte a elegir una dieta saludable. Las etiquetas proporcionan información acerca de la energía (generalmente medida en calorías), los contenidos de sal, azúcar y grasa… y nos ayudan a determinar cuánto es nutritivo un producto. También nos indican si es inocuo o no. Es posible que los alimentos sigan siendo inocuos después de la fecha de «duración mínima»; aquella que le indica cuando ya no es inocuo es la «fecha de caducidad».

Se un consumidor crítico y no deje que le influyan el embalaje o la publicidad. Sé un consumidor crítico y no dejes que el embalaje te influya: presta atención al valor nutritivo de los alimentos, no a la apariencia del embalaje. Algunas palabras comunes como «cero», «bajo en» y «ligero» a menudo se utilizan para hacer que los alimentos suenen más nutritivos, pero no siempre es cierto…

Haz ejercicio todos los días durante al menos 30 mínutos. Los adultos deben dedicar al menos 2,5 horas a la actividad física semanalmente, ya sea durante el tiempo libre, practicando un deporte, en los desplazamientos diarios al trabajo u otra actividad física realizada, en el trabajo o en el hogar. Los niños y los jóvenes deben dedicar al menos 60 minutos a la actividad física diaria, a través del juego, deportes, desplazamientos diarios o la educación física.

Pide opciones más nutritivas de comida. Hable con sus empleadores para asegurarse de que haya opciones de comidas más nutritivas en el comedor, si tu lugar de trabajo tiene uno. Alienta a los funcionarios locales a que garanticen opciones más nutritivas en los centros de cuidado infantil, escuelas y clubes juveniles.

Hable con las personas. Comparta su conocimiento y respeto por los alimentos. La comida es una de las cosas que más nos une. Ayuda a las personas a volver a conectarse con la alimentación para lograr un estilo de vida #HambreCero y lo que representa al compartir su conocimiento y pasión con las personas que lo rodean: su familia, amigos y colegas. Por ejemplo, aprende a cocinar o intercambia recetas, cultiva tus propios alimentos, participa en un huerto comunitario u organiza cenas con amigos.

Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura