Hipertensión Arterial, una patología que afecta a niños y adultos

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El 17 de mayo de cada año es el día mundial de la Hipertensión Arterial, en este marco se lanza una acción para el conocimiento, detección y control de la Hipertensión arterial en toda América, bajo el lema “Conoce tus números”.

¿QUÉ ES LA TENSIÓN ARTERIAL ALTA (HIPERTENSIÓN)?

La hipertensión, también conocida como tensión arterial alta o elevada, es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las partes del cuerpo. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.

La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma; por ello se le conoce como el «asesino silencioso». En ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre.

¿POR QUÉ ES PELIGROSA LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL?

Cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. La hipertensión es la causa prevenible más importante de enfermedades cardiovasculares y ACV del mundo.
Si no se controla, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. Los vasos sanguíneos pueden desarrollar protuberancias (aneurismas) y zonas débiles que los hacen más susceptibles de obstruirse y romperse. La tensión arterial puede ocasionar que la sangre se filtre en el cerebro y provocar un accidente cerebrovascular. La hipertensión también puede provocar deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.

Las consecuencias de la hipertensión para la salud se pueden agravar por otros factores que aumentan las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o insuficiencia renal. Entre ellos cabe citar el consumo de tabaco, una dieta poco saludable, el uso nocivo del alcohol, la inactividad física y la exposición a un estrés permanente, así como la obesidad, el colesterol alto y la diabetes mellitus.

Entre el 60 y el 80% de los adultos con patología cardiovascular posee síndrome metabólico, una sumatoria de factores de riesgo como hipertensión arterial, trastornos metabólicos de los hidratos de carbono (glucosa) e hiperlipidemia o elevado nivel de colesterol o triglicéridos.

En el mundo mueren 10 millones de personas anualmente a causa de la hipertensión arterial, que es el principal factor de riesgo de muerte provocando accidentes cerebrovasculares, infarto de miocardio y otras complicaciones como insuficiencia cardíaca. La prevalencia de hipertensión arterial es de 38.8% y la cantidad de hipertensos que tienen contralada en cifras de normalidad su presión arterial es 24.2%. Casi 4 de cada 10 personas desconoce su enfermedad.

LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN ARGENTINA

Un estudio realizado en conjunto desde la SAC, y desde la Federación Argentina Cardiología, mostró una realidad preocupante acerca de cómo avanza la epidemia de la enfermedad hipertensiva en la Argentina en los últimos años, y de los escasos logros que hemos podido conseguir en la última década. Alrededor de 1 de cada 4 hipertensos jóvenes todavía no saben que padecen de esta enfermedad.

En vísperas del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, el Ministerio de Salud de la Nación recuerda que es fundamental reducir la ingesta diaria de sal, principal factor de riesgo de esta enfermedad. En Argentina, el consumo de sal diario por persona es en promedio de 11 gramos, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 5 gramos por día.

Según estimaciones mundiales de la OMS, la hipertensión arterial es responsable del 45 por ciento de los infartos y del 51 por ciento de los ataques cerebrovasculares. Existe una relación directa entre la presión arterial elevada y la ocurrencia de enfermedades vasculares, como infartos y accidente cerebro vasculares.

Es importante conocer y controlar la presión arterial periódicamente y observar hábitos saludables que pueden mantenerla normal.
Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar significativamente a prevenir niveles altos de presión arterial. Hay dos recomendaciones fundamentales: comer frutas, vegetales, granos enteros y lácteos bajos en grasas; disminuir el consumo de grasas; y reducir la ingesta de sal en la alimentación, quitando el salero de la mesa, cocinando con menos sal y reduciendo el consumo de alimentos procesados.

Entre las personas hipertensas que adhieren a tratamientos, el 51 por ciento utiliza únicamente medicamentos para controlar su presión arterial, un 8,5 por ciento se cuida a través de la alimentación y el 40 por ciento restante realiza ambas prácticas.

Argentina cuenta con una Ley de Regulación del Consumo de Sodio que plantea la reducción progresiva de la sal contenida en los alimentos procesados hasta alcanzar los valores máximos en cada grupo alimentario, fijados por la cartera sanitaria nacional.
La norma, además, regula la fijación de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo en exceso de sal; promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos; fija como máximo en 500 miligramos el tamaño máximo para los envases en los que se venda sal y establece sanciones a los infractores.

Actualmente, 579 productos de consumo masivo de grandes y pequeñas empresas alimentarias afiliadas a 37 cámaras industriales de todo el país, trabajan dentro del Convenio Marco de Reducción Voluntaria y Progresiva del Contenido de Sodio, y de la Iniciativa “Menos Sal Más Vida” llevada adelante por la cartera sanitaria nacional.

EPIDEMIOLOGÍA DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

La Hipertensión Arterial puede presentarse en etapas tempranas de la vida, así como también los Factores de Riesgo asociados; con una notable prevalencia sobre la población general. Mientras los trabajos sobre prevalencia en la edad adulta en Argentina oscilan entre un 29 y 39,7 %, en la población pediátrica hablamos de 1 a 3 %, que se incrementa en la adolescencia viéndose agravada por el sobrepeso y la obesidad.

Se ha demostrado a través de diversos estudios que la hipertensión arterial y sus consecuencias pueden presentarse a edades tempranas. Por tal motivo es muy importante comenzar con el control de la presión arterial desde los primeros años de la vida de un niño. La Organización Mundial de la Salud menciona diez factores de riesgo como responsables de un tercio de la morbimortalidad mundial; siendo los principales la hipertensión arterial, la obesidad, hipercolesterolemia, tabaquismo, sedentarismo y la dieta inadecuada.

En el pasado la hipertensión arterial era considerada poco frecuente en niños y adolescentes, sin embargo, una variedad de estudios, sobre todo en esta última década han mostrado un aumento de la prevalencia, la cual se asocia a un notable incremento del sobrepeso y obesidad en esta población.

En nuestro país, la prevalencia de hipertensión arterial en la infancia es del 1 al 3% y esta se incrementa en la adolescencia al 13 % agravado por el sobrepeso y obesidad.

La presión arterial aumenta con la edad y está fuertemente ligada a la obesidad/sobrepeso; con un adecuado control de esta y de los factores de riesgo en etapas temprana de la vida mejoraría la morbimortalidad en etapas posteriores.

¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR Y TRATAR LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL?

Todos deberían medirse su tensión arterial periódicamente, ya que es importante conocer los valores. Si esta es elevada, han de consultar a un profesional.

A algunas personas les basta con modificar su modo de vida para controlar la tensión arterial, como abandonar el consumo de tabaco, adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y evitar el uso nocivo del alcohol. La reducción de la ingesta de sal también puede ayudar. A otras personas, estos cambios les resultan insuficientes y necesitan tomar medicamentos con prescripción médica.

Los adultos pueden contribuir al tratamiento tomando la medicación prescrita, cambiando su modo de vida y vigilando su salud.
Las personas con hipertensión que también tienen un alto nivel de azúcar en sangre, hipercolesterolemia o insuficiencia renal corren un riesgo incluso mayor de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Por tanto, es importante hacerse revisiones periódicas de la cantidad de azúcar y de colesterol en sangre y del nivel de albúmina en la orina.

Todos podemos adoptar cinco medidas para minimizar las probabilidades de padecer hipertensión y sus consecuencias adversas.

• Dieta saludable: promover un modo de vida saludable, haciendo hincapié en una nutrición adecuada de niños y jóvenes; reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de café al día); comer cinco porciones de fruta y verdura al día; reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
• Evitar el uso nocivo del alcohol, esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida estándar al día.
• Actividad física: realizar actividad física de forma regular y promover la actividad física entre los niños y los jóvenes (al menos 30 minutos al día). Mantener un peso normal: cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos.
• Abandonar el consumo de tabaco y la exposición a los productos de tabaco.
• Gestionar el estrés de una forma saludable, por ejemplo, mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.

Fuentes: Fundación Favaloro | Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial | Organización Mundial de la Salud